Natalia Mónaco, pintora autodidacta,
Natalia bebe en las fuentes de la forma, el color y la representación.
Hija de artista creció con el perfume penetrante de la trementina y a la luz de
los contrastes.
Explora los caminos de la combinación y la fusión de los estados. Cruza
reiteradamente los umbrales de la armonía atravesando la desarmonía del caos de
los puntos que fugan y se encuentran formando nuevas líneas; a veces en
esfumados contornos luminosos a veces en persistentes miradas que circulan por
la pasión, la rabia, la mansedumbre la desorientación y el preciso foco de la
simbología que contiene historias y estados.
Habiendo incursionado y transitado la expresión a través de la palabra
en la poesía y del espacio en la ambientación y decoración, hoy se lanza a
plasmar en técnicas mixtas que incluyen textura, color, luz, línea, forma,
especialidad, materia y sugerencia, una representación del mundo interno y su
reflejo y percepción.
Su obra y su proceso nos hablan de un proceso sutil de permanente
recurrencia a la mirada. La suya y la de aquellos que la han mirado y la miran
mirando y mostrando los recorridos del punto que se vuelve línea, superficie,
contorno, forma y a veces simplemente estado.
T e r e s a C a s t e l l a n o s
Fondos Cósmicos - 2007
G e s
t a c i ó n -
2008
Desde el
color profundo y negro del vacío en espiral
se expande el rojo, salta la luz del sol como fondo
y la luz trae la elipsis
una figuración de hombre saltarín
y parece desprenderse en
el giro
La combinación se integra
y los amarillos y rojos
se funden en naranjas, generantes,
vira al rosa violáceo el espiral en su irradiaciones
Y emerge el blanco de la suma y vuelve a generarse la forma
hasta desembocar en la
mirada, ese ojo sólo que trasciende las lateralidades
El gris se asoma fusionando los extremos,
se acerca el iris, la mirada se hace centro y se replica,
el movimiento gira, cada vez más abierto,
Expandiéndose hasta donde ya no se ve…
Te
r e s a C a s t e l l a n o s
Córdoba - Mayo 2008
Tramas de la Vida
Natalia
Mónaco y la representación de los
sentidos
Los teóricos de la
comunicación visual nos han enseñado que las imágenes poseen una doble y
equívoca realidad ontológica. Por un lado se presentan como un objeto físico o
soporte material sobre el que se han trazado líneas y colores, y por el otro
como representación de figuras por medio de símbolos. Pero esta segunda
realidad comprende por lo menos otras dos: un significado manifestado
explícitamente por lo que los signos denotan, y unos segundos significados
latentes surgidos del subconsciente del artista o de su voluntad de vehiculizar
o enmascarar con sus figuras ciertos significados más o menos herméticos. Y
esta dualidad es precisamente la que podemos descubrir en la obra de Natalia
Mónaco, ya que en su propuesta encontramos una “doble imagen”, un juego de
dicotomías entre lo sintáctico y lo semántico.
La artista nos muestra
hoy su propio mundo, desplegando sus obras en los espacios de “Café du Sens” un cosmos visual que se
debate en una dicotomía entre lo abstracto y lo concreto, lo orgánico y lo
inorgánico, lo racional y lo expresivo, lo sensitivo y lo intuitivo, lo
inmanente y lo trascendente. Y asimismo, en cuanto al uso de la materia,
resuenan aquí otra vez las dualidades: el empaste espeso y la pincelada
liviana, lo opaco y lo brillante, todo resuelto con una calidad singular en su
aplicación sobre las diferentes superficies de los cuadros.
Superficies en las que
también subyace una insistencia por lo triádico: los colores primarios en
armonía equidistante; la referencia, el símbolo y el referente (lo que en
terminología sassuriana se traduce como
Significado, Significante y Cosa).
Junto a todo ello la
artista nos propone un tipo de pintura con autonomía de lenguaje, con valores
propios, los que responden a su necesidad interior de transmitir sensaciones,
sentimientos y emociones. Una abstracción ecléctica en la que se amalgaman
derivas del informalismo el rayonismo o el tachismo.
Pero
más allá de estos meros intentos de explicación o desciframiento, leamos las
palabras que Wassily Kandinsky escribió en el año 1937, las que de una manera
única nos aproximan al espíritu vital de la artista:
“El contrario de la
pintura es pintura. Aquí no hay nada que descifrar: el contenido habla,
pletórico de alegría, a todo aquel, para quien toda forma es algo vivo, es
decir trascendental”
Tomás Ezequiel Bondone
Noviembre 2008
Natalia
Mónaco, viene de pintores y pinta
Natalia Mónaco el trazo que sugiere, la línea que esboza,
las formas originales que en combinación
van gestando manifestaciones, y el triángulo que marca direcciones y que en su
multiplicación y posición van conformando el círculo y hoy emergen del juego los perfiles, la mujer
que mira, mira cerca, la mujer que mira lejos … La Greca, La Romana... lo
clásico fundante… los colores que se abren sobre la totalidad del blanco y
quién sabe que misterios de realización
irán alumbrando sus miradas.
Teresa Castellanos
Julio 2009.
Texto
libro de Artistas Plásticos en Córdoba.
Edición 2009
Los caminos
de la expresión artística son tan impredecibles como las particulares
combinaciones de experiencias, inclinaciones y temperamento que alientan el
corazón de cada artista y orientan sus decisiones estéticas.
Hija de un reconocido maestro de la pintura figurativa, Natalia
Mónaco encuentra su inspiración en su propia interioridad, trasmutada en un
mundo de herméticas alusiones y simbologías de inasible contenido, realizadas
con indudable calidad pictórica, cuyo atractivo captura el interés del
espectador y dispara toda su suerte de conjeturas: ¿ Que misterioso significado
encerrara la superficie fuertemente texturada y atravesada por tres netos y
expresivos rasgos horizontales, que Natalia denomino: “Paso de la Tríada”?¿ cual será el
sentido taxativo que la autora le atribuye a su triada de elementos plásticos y
al rotundo circulo ubicado en el extremo derecho de la tela, cuya genealogía
nos remonta a una de las formas esenciales de la naturaleza y a una frondosa
constelación de mitologías y simbologías, tan antiguas como la presencia del
hombre sobre el planeta? La enigmática cuota de incertidumbre y misterio,
propia de la abstracción pictórica iniciada a comienzos del siglo XX y marcada
por una profunda subjetividad, agrega, a la pintura de Natalia Mónaco, el
suspenso flotante del enigma y el delicado vuelo de la interpretación poética.
Daniel Pérez
Texto libro “El Arte Argentino del Bicentenario”
Buenos Aires Argentina, Noviembre de
2009
Natalia Mónaco.
Nace en un ámbito pleno de arte que la colman de cultura general.
Enrique Mónaco, su padre, la inicia en la sensibilidad estética.
Ana Angélica Kapustensky, su madre, la energía para los diseños.
Autodidacta por elección, se aventura en técnicas y materiales de
distinta índole donde transmite la
importancia de los símbolos y su visión de unidad, dualidad y
trascendencia en el número tres.
Devela, revela y vela mostrando sus preferencias.
Utiliza el círculo, expresando la psique. Dice Campbell “el círculo
es una de las imágenes primordiales de la humanidad, podemos decir que es el yo”
Su obra está instalada en colecciones públicas y privadas.
En Agosto de 2010, participa en la 1° Feria Internacional de Arte
Contemporáneo ( FIACT)– Ciudad de Taza – Marruecos.
Ángel Díaz
Texto libro “Artistas Cordobeses del Bicentenario”
Córdoba Argentina, Abril de 2009
“Cuando
el color esta en su valor, la forma esta en su plenitud”
Enrique Mónaco
1914 - 2000
Nací en 1977, en la ciudad de Córdoba, Republica Argentina.
Es casi imposible, decir de un modo objetivo, que tuve un gran maestro,
fue mi padre, Enrique Mónaco. De raíces Italianas. De el herede mi adn, su
arte, la sensibilidad y tantas cosas más… Y en eso, de reconocerse,
reconocernos, reconocerme, también vengo de mi madre, Ana Angélica Kapustensky,
de origen ruso judío. De ella recibí fuertes costumbres, ritos y lo
inconfundible de su raza.
Por los años 98, surge la inquietud de expresar de un modo creativo,
todo lo que mi alma albergaba. Entonces, fui dando los primeros pasos materializando
mi creatividad por medio de la decoración y el diseño, el maquillaje artístico
en obras de teatro, la poesía, y luego focalizando en la pintura.
Autodidacta por elección y eterna búsqueda de
sensaciones para el alma, me lanzo a la aventura de técnicas y diversidad en
materiales, expresiones rítmicas,
intentando al menos, transmitir
la importancia de los símbolos, como elemento de comunicación visual. La
unidad, la dualidad y la trascendencia, repítense en mis obras con secuencia en diversas expresiones del numero
tres.
Símbolos de comunicación visual,
testimonios y alimento del espíritu.
Con mis obras plasmo y transmito, sugiero pequeños códigos, diálogo conversado. El espectador y su
mirada, hacia y con la obra. Revelar,
desvelar y velar, mostrar y ocultar mis preferencias, mis obsesiones y
quien soy o quienes somos, a través de ellas.
La
mayoría de mis pinturas son esferas o círculos, espirales y ojos, con distintas
significaciones. En esta profunda necesidad de expresarme por medio del círculo
me lleva a distintas lecturas sobre su valor.
Dice
Campbell: "El circulo es una de las imágenes primordiales de la humanidad,
podemos decir que es el yo."
..."gira, gira y gira. Piensa en el año,
viene noviembre, después diciembre y otra vez Navidad.
No solo vuelve el mes, sino también el ciclo
lunar, el día y la noche... Experimentamos lo circular continuamente"
El círculo, dice Jung,” expresa la totalidad
de la psique en todos sus aspectos, incluida la relación entre el hombre y la
naturaleza, el símbolo del círculo aparece en el primitivo culto solar, en la
religión moderna, en mitos y sueños; en dibujar mandalas...”
Natalia Mónaco
Julio 2009.
DIÁLOGOS
Algunos diálogos suelen ser lugar de encuentro, espacio verbal o físico
donde las opiniones similares conjugan. Otros se establecen como resonantes
contrapuntos. En ambos casos su riqueza radica en el esplendor que pueden
adquirir tanto en la divergencia como en la similitud complementaria.
Hemos denominado “Diálogos” esta
muestra de dos pintores formalmente distintos y sin embargo profundamente
complementarios en sus búsquedas: Carmen Buteler desde un planteo estético que
se resuelve en ricas masas compactas de cálidos colores cromáticos, explora el
mundo circundante con una mirada onírica, donde las figuras de los seres y las
cosas se establecen en el orden propio de los sueños.
Natalia Mónaco, por su parte, plantea su estética en planos neutros,
pero siempre de fuerte vibración espacial, creando “grandes espacios” ya sean
grandes o pequeñas sus dimensiones métricas. Allí deposita símbolos y grafismos
que rebasan la tela con un fuerte dinamismo apelando a una comprensión no atada
a la lógica.
Sabemos desde la
psicología Jungniana, que símbolos y sueños ambos pertenecen
a lo profundo del acervo Humano. Y Es en esos “lugares” donde las dos artistas
se encuentran en un profundo diálogo. Allí donde mora lo no dicho, pero donde
el hombre se fundamenta como tal.
Rafael D. Sucari
Octubre 2010
Cuando uno abre la ventana y mira hacia afuera
ve la luz que nos ciega durante un momento,
después ve las amapolas, el valle,
la seguridad del cielo con sus infantes
Después viene el pensamiento.
Cuando se pinta, mejor dejar fuera eso último.
Sus obras carecen de flores o de ventana,
Hay telas entrelazadas, invisibles que se tejen alrededor de estas
cosas,
su idea es llevar a la superficie algo que pueda contar
aunque la palabra viene después del pensamiento.
Hay un tiempo en cada cosa, y se interrumpe con nuestro tiempo.
Si uno también dejara esto de lado,
vería la simple y luminosa maniobra del infante,
el poderoso ritmo de la tierra.
Debajo de las capas, uno encuentra algo que es lo mismo que está
afuera.
Las pinturas hablan de esa búsqueda y de la huella dejada por ese
camino,
que no va a terminar.
Las exposiciones y el viaje a Barcelona, Madrid y Marruecos van
a proponer algo de ese lenguaje y variarlo con aspectos tan
distintos
como lo son las intensidades de estas tierras,
a agregar los contrastes y las experiencias del viaje
y aspirar otra matriz, de donde surgieron las esencias crudas.
También los orígenes de varias razas y culturas de alguna manera
que no han perdido su pureza.
Álvaro Graña
2010
Reglas
en el Juego
Diferencias que con reglas se
acercan,
Distancias que con reglas se
acortan,
Ideas que con reglas se
acomodan,
Sentimientos que con reglas se
encienden o se aplacan.
¿Cuantas reglas tenemos para
compartir?, ¿Cuantas para transitar?,¿Cuantas por amor? ¿Cuantas para ser?
Valerse de un objeto para descontextualizarlo y resemantizarlo es la acción que emprenden estas dos artistas que
comparten sus vivencias desde niñas.
Las reglas transitan una transformación plástica, se
llenan de ideas y sentidos diversos compartiendo y desechando elementos de la
definición etimológica de la misma palabra.
Tanto Vanesa
Mauvecín con su figuración y sutileza como Natalia Mónaco con su abstracción e
inmediatez, intervienen y recrean los objetos
de una manera autónoma, libre y biográfica.
Convierten a
este objeto funcional en signo,
invitando a usar la capacidad inherente
que tenemos los seres humanos, el intelecto; persuadiendo al receptor a
renovar sus mecanismos de interpretación,
reflexionando sobre el mundo real y la vigencia de sus valores. Las obras no tienen
una única decodificación, es susceptible
a nuevas interpretaciones.
Línea, mancha,
color, grafismo, recursos inherentes al lenguaje artístico enriquecen la superficie, la técnica está al
servicio de la idea, la distancia entre
arte y vida parece desaparecer.
Vanina Seguí
marzo 2012
V A N E S A M A U V E C I N / N A
T A L I A M Ó N A C O
L A S R E G L A S E N E L J U
E G O
Dos artistas plásticas se
reencuentran, vinculándose desde la lectura de un diálogo en la expresión del
arte, surgiendo así la intención de poner en la mesa “las reglas en el juego”.
Esto nos sumerge a las
posibilidades de crear y recrear nuestra historia através del recuerdo de lo
que vivimos, el juego de niñas y el juego que aun sigue siendo la vida en el
presente y nos vincula desde muchos lugares y formas.
Las reglas en el juego comienzan
a ser claras, resolviendo que soporte utilizaran para la pintura en igualdad de
condiciones para las dos: eligiendo el papel como medio de expresión y como
símbolo, escuadras de madera para ser intervenidas en la libertad que cada una
proponga.
Así comienzan a relacionarse una
con la otra, a ceder, a consensuar, a aceptar, a compartir y a jugar aplicando las reglas que darán el
resultado visible y palpable el jueves 12 de abril en la Galería de Arte Nuevo
Pasaje Muñoz.
Natalia Mónaco
2012
Ajuste de cuentas
A partir del jueves, Natalia Mónaco y Vanesa Mauvecín dialogan
desde la obra y la vida, en la muestra "Reglas en el juego".
Antiguas reglas de madera traídas de Barcelona ponen el tono explícito y al mismo tiempo lúdico en la muestra "Reglas en el juego", que reúne a las artistas cordobesas Natalia Mónaco y Vanesa Mauvecín. El jueves a las 19.30, esta exposición que tiene curaduría de Vanina Seguí se podrá visitar en el segundo piso de la Galería Nuevo Pasaje Muñoz (9 de Julio 40).
En la apertura, que tiene entrada libre y gratuita, la muestra sumará con las intervenciones sonoras de Pedro Ferreyra, Luis Toro y Nicolás Giecco.
Terreno compartido
Amigas desde pequeñas, Mónaco y Mauvecín enfrentaron ahora el desafío de dialogar como artistas. "Teníamos sólo el vínculo de amistad, pero no es fácil para los artistas trabajar juntos", cuenta Natalia. Toda "una movida de compartir un montón de estados, conjugar colores, palabras, convivencias", experiencia que derivó en algunas obras en conjunto,
móviles en base a reglas de molde que se utilizan en la costura, agrega Mónaco.
"Reglas en el juego" partió de la consigna de compartir un objeto, la regla, con el fin de otorgarle otros sentidos. La dupla intervino plásticamente varias reglas, algunas escuadras, dejando en cada acción la marca de su estética. "Tanto Vanessa Mauvecín con su figuración y sutileza, como Natalia Mónaco, con su abstracción e inmediatez, intervienen y recrean los
objetos de una manera autónoma, libre y autobiográfica", señala Vanina Seguí en el catálogo que acompaña la muestra. Ambas, si ha algo en común, es la fluidez con que afrontan la materia pictórica.
Reglas que suman
En todo caso, la regla no sólo sirve para tomar las medidas exactas. También la utilidad se extiende a construir de otra manera. Hay, para Seguí, "diferencias que con reglas se acercan, distancias que con reglas se acortan, sentimientos que con reglas se encienden o se aplacan". Hacía tres años que Natalia venía trabajando, planteándose si todo en la vida tiene reglas, un interrogante que en el trabajo plástico fue encontrando algunas pistas.
Trabajar con Mauvecín fue la posibilidad de crear y recrear la historia común a través del recuerdo de lo vivido, el juego de niñas y el juego de la vida en el presente.
Pero las reglas no fueron sólo físicas, materiales. Las reglas en el juego comenzaron a ser claras, resolviendo que soporte utilizarían para la pintura en igualdad de condiciones para las dos: eligiendo el papel como medio de expresión y como símbolo, escuadras de madera para ser intervenidas en la libertad que cada una proponga.
200 metros de tela
Además de las obras de la muestra, que incluye las pinturas que cada artista realizó individualmente, otra propuesta volvió a unir a las amigas en una intervención conjunta en la cúpula transparente de la galería, que atraviesa todos los niveles, Las chicas desplegaron 200 metros de tul para armar este nuevo espacio de exhibición compartido.
Verónica Molas
10/04/2012 (Suplemento cultura - La voz del Interior)
Las
Vanguardias
Creo firmemente que no es fácil ser hijo de un
artista, menos aún si uno decide seguir trabajando en relación al
arte, ya que esto implica todo un proceso de diálogo deconstructivo con la obra
de quien inevitablemente nos marcó con la suya. Las vanguardias fueron
revoluciones un tanto bélicas e individuales contra la autoridad, contra
el padre y la figura jerárquica; de allí crece fuertemente el
expresionismo que de alguna manera Natalia transita con sus abstracciones que
rozan la geometría espontánea. Tantos ismos que
surgen espontáneamente en reacción al costumbrismo tan
aferrado al referente real, a la atmósfera cotidiana, a un supuesto y
posible objetivismo social.
Natalia Mónaco hija de Enrique Mónaco; pintor costumbrista-
americanista fue también un Dandy de la época, un personaje
pintoresco relacionado a la bohemia de la pintura y sus buenos modales. Logró
vivir de su obra, algo difícil que seguramente le costó algunas
zonas opacas en su conciencia. Representa un artista de la época. Y toda
esta carga implica una serie de concepciones cerradas del arte que hay que
deconstruir claramente desarmando la imagen para devolvernos algo desde las
cenizas y los cimientos. Natalia está en ese proceso y en su contexto
actual también encuentra su espacio en el arte a través de la gestión
de un proyecto propio: ROJO, productora de arte. Es un artista del
ahora, descubriendo la intensidad de la intemperie de la
intervención, lo efímero, la acción y el arduo trabajo "en" el
espacio. Desde la materialidad de la pintura a
la gestión de intervenciones a-temporales que ocupan
ya dos plantas y 3 locales de una galería comercial en el centro de
Córdoba; la deconstrucción se acelera notablemente tambaleando los juicios que
trajimos desde una formación especifica que entendía el arte desde el
objeto y su noble corporeidad. Es este el momento de
despegue; aquí nos muestra su propia arqueología y ella
bucea en los recuerdos, exhibe los trofeos de la memoria, las vanguardias han
derribado al orden. Hemos superado la materialidad
y aquí estamos enfrentados a sus formas.
Me interesa ver como sigue su proceso a partir del fluido
contacto con artistas que ya no pueden valorar el objeto en si mismo como algo
preciado. Sin dudas hay algo potente que no se detiene y la demolición ya
está en marcha. Aplaudo la fuerza de los velos cayendo, felicito la fuerza de
quien se asoma a sus propios abismos. Desde allí el salto de la pintura
perdiendo cuerpo.
Marcela López Sastre
Salta
Junio 2013
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